Obras de Goya, Ingres, Picasso, Van Gogh, Kandinsky o Rothko componen la selección de joyas pictóricas que la Philips Collection de Washington reunió para ser expuestas en el Palacio de Exposiciones de Roma en un viaje que relaciona el arte moderno y el contemporáneo.
A través de las seis salas de la exposición "Impresionistas y modernos. Las obras maestras de la Phillips Collection de Washington" se hace un recorrido cronológico por las corrientes artísticas fundamentales desde 1800 hasta la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, desde el romántico Francisco de Goya hasta la abstracción de Mark Rothko.
La comisaria de la exposición, Susan Behrend Frank, consideró que lo más importante de la muestra (que estará abierta hasta el 14 de febrero próximo), al igual que lo que animó siempre al fundador de la Phillips Collection, Duncan Phillips, es la "idea de que el arte es una relación continua", un hilo conductor entre todas las obras y artistas de diferentes épocas y estilos.
"El pasado habla con el presente, así que si caminas o permaneces de pie en esta galería puedes ver la obra más antigua de la exposición del siglo XVII, de El Greco, y mirar hacia el otro lado y ver en la última sala de esta exposición el trabajo de Adolph Gottlieb, de los años 60", detalló.
Además añadió que "el visitante podrá encontrar estas conexiones él mismo y experimentar el mundo a través de los ojos de diferentes artistas en diferentes momentos".
En la primera de las salas está expuesta una de las obras más conocidas del francés Jean Auguste Dominique Ingres, "La petite baigneuse" de 1826, y otras obras pertenecientes al clasicismo, realismo y romanticismo europeos, pero también el famoso "San Pedro penitente" de El Greco.
Al lado de El Greco, el visitante podrá admirar otro "San Pedro penitente" de Goya, "Le Méditerranéen" del realista Gustave Courbert, una escena de caballos furiosos a orillas del mar de Eugène Delacroix o una de baile español retratada por Édouard Manet, entre otros muchas.
Sin embargo las obras más representativas de la exposición son las pertenecientes a los artistas impresionistas, post-impresionistas y cubistas.
Los cuadros de Paul Cézanne y sus paisajes descompuestos geométricamente, los amplios trazos de Vincent Van Gogh, las bailarinas de Edgar Degas, el brillo del otoño en Claude Monet y las escenas oníricas de Odilon Redon se exponen en diferentes salas que muestran el nuevo uso del color que los impresionistas y postimpresionistas aportaron a la pintura.
También ejemplos de los inicios del juego de formas cubistas.
"Mujer con sombrero verde" de Pablo Picasso es una de las joyas que la Phillips Collection ha llevado a Roma y es además el cartel promocional de la exposición, pero también hay sitio para el Picasso pre-cubista que durante sus días en París pintó "La habitación azul", en la que una mujer se lava entre tonos tristes y azulados.
Junto a Picasso se podrán admirar también obras de Pierre Bonnard, Amedeo Modigliani, Georges Braque o Juan Gris.
Tras estas primeras salas se entra de lleno en el siglo XX, donde las vanguardias abstractas del ruso Vasili Kandinsky se mezclan con las visiones de otros artistas expresionistas como Oskar Kokoschka y Chaïm Soutine junto con los americanos Arthur Dove y Georgia O'Keeffe.
El viaje acaba con las obras abstractas expresionistas de Mark Rothko, Jackson Pollock, Nicolas De Staël, Richard Diebenkorn y Adolph Gottlieb, que aportan la visión más contemporánea del mundo a nuestro alrededor y la ausencia de formas reales para describirlo.
En esta última sala, la tela de grandes proporciones de Gottlieb de tonos rosas y grandes manchas de colores puros, "Equinox", se exhibe, entre otras muchas, con una de las obras sin título de Rothko de tonos anaranjados y formas cuadradas y demuestra la evolución de los artistas y de su manera de retratar la realidad.
Paola Bruni - EFE.
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