lunes, 12 de octubre de 2015

Pasaje al futuro de Chanel

Aires del futuro en Chanel, que reviste los famosos trajes en tweed con accesorios metalizados en un aeropuerto improvisado, inspiración africana en Valentino y fusión de Oriente y Occidente en Shiatzy Chen fluyeron entre las propuestas para la primavera-verano 2016 que se presentaron en París.
El diseñador Karl Lagerfeld preparó a sus más de 2.500 invitados para un vuelo de altura, al convertir el Grand Palais, el emblemático edificio de finales del siglo XIX con techo de cristal, en un auténtico aeropuerto de las "Chanel Airlines".
Los trajes en tweed de la histórica "maison" se adaptan a los nuevos tiempos en tonos azules, negros y plateados, con estampados geométricos.
Vestidos y faldas se superponen a amplios pantalones en los mismos estampados, reproduciendo las imágenes de aviones y las típicas pantallas de destinos que se encuentran en los aeropuertos.Para esta colección, la firma estrenó un accesorio para el pelo, un doble pasador con forma de lazo en color plateado que crea de forma natural un peinado de dos coletas bajas, un look que todas las modelos llevaron durante el desfile.
Entre los accesorios, metalizados y transparentes, captaron el protagonismo unas sandalias planas con suelas que llevan luces de colores y unas futuristas gafas de sol de aviador con maxi cristal efecto espejo y sin apenas montura.
(Una modelo presenta una creación de la colección prêt-à-porter de Chanel)
Como en un aeropuerto, también hubo lugar para todos los estilos en las propuestas de Chanel, con diseños de aires urbanos en sudaderas y amplios pantalones coloreados a golpes de rosa fucsia, verde o amarillo.
Cara Delevingne no participó como modelo en el desfile, tras haber decidido en agosto dejar la moda, pero fue una de las invitadas especiales de Lagerfeld, que salió con ella a saludar al final del "show" junto al pequeño Hudson Koeringm, su ahijado de cuatro años, con el que ya ha cerrado varias pasarelas.
Valentino revistió de lujo el folclore africano con vestidos con estampados geométricos, motivos tribales y flecos, transparencias y auténticos accesorios salvajes con collares cargados de huesos e incluso peinados de trenzas.
Mayoría de maxivestidos sobre la pasarela con escotes muy marcados en V y espaldas descubiertas, acompañados de sandalias de cuerdas que van atadas al tobillo.
(Una modelo muestra una creación de la colección de prêt-à-porter de Valentino.)
En la exquisita colección de Shiatzy Chen confluyeron las corrientes artísticas occidentales con los más antiguos mitos orientales en siluetas retro con estampados bordados.
La diseñadora, fiel a un estilo híbrido por el que se hizo famosa, creó en esta ocasión vestidos ajustados en la cintura, pantalones anchos y faldas románticas en blanco, amarillo, verde, naranja, rosa o turquesa.
Shiatzy Chen colaboró además con el ilustrador taiwanés Inca Pan, que dibujó a mano sobre las telas flores, frutas, montañas, pájaros y mariposas, en un homenaje a la naturaleza.
Los tejidos integran bordados y distintos tipos de sedas que se superponen jugando con las transparencias, los vuelos y las formas de las sofisticadas prendas.
Agnès B., diseñadora icono de los años setenta y ochenta en Francia, presentó también su nueva colección aunque alejándose de las tendencias de sus colegas, con largos vestidos vaporosos en seda, minivestidos con ilustraciones de jardines y looks de día donde los colores se mezclan en vaqueros rectos, jerséis y gabardinas.
La muestra comenzó con la proyección de un documental con la historia de la marca, que nació en 1975 cuando esta antigua redactora de moda de la edición francesa de Elle se decidió a crear la ropa "que a la gente le gustaría llevar".
La diseñadora tiró igualmente de referencias culturales de su década estrella para homenajear un "look" icónico como la imagen de la joven Jodie Foster en la película "Taxi Driver", dirigida por Martin Scorsese, con shorts rojos, blusa rosa y una enorme pamela blanca.

María D. Valderrama - EFE

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