La oda al verano en el desfile de Stella McCartney hizo vibrar la pasarela con prendas cargadas de color, alegría y movimiento, junto a los aires hippies en las colecciones de Giambattista Valli y Véronique Branquinho y la sofisticación de la mano de Hermès, que marcó las tendencias en los accesorios.
Explosión de energía y movimiento en los diseños de Stella McCartney, que presentó una colección a todo color en el Palacio de Garnier, en la Ópera de París.
McCartney propuso vestidos y faldas muy fluidas por debajo de la rodilla con plisados especialmente marcados y con cortes asimétricos que dejan entrever una de las piernas.
Asimetría igualmente en tops, con los mismos motivos gráficos en plisados, combinados con faldas fluidas estampadas en cuadros.
Naranja, amarillo, rosa y verde entre los colores cítricos que se llevarán la próxima temporada primavera-verano, según la diseñadora británica.
La chaqueta se llevó gran parte del protagonismo, con modelos que se alargan hasta la rodilla o algo más cortos dejando ver el centro de la espalda, en tonos clásicos como el camel o el blanco y negro.
Vestidos y pantalones se combinan parar lograr un "look chic", pero cómodo y de apariencia masculina, una mezcla que se ha convertido en seña de identidad en la firma de la hija del cantante Paul McCartney, muy apreciada por celebrities y blogueras, como la gallega Gala González o la italiana Eleonora Carisi, allí presentes.
Minifaldas trapecio bordadas y chaquetas brocadas lucieron en la colección de Giambattista Valli, que volvió a los sesenta con estampados florales y geométricos.
Los vestidos se mantienen cortos, con vuelo y mangas anchas durante el día, pero las formas se alargan para la noche en arriesgados diseños que esculpen la silueta femenina en tejidos sofisticados que adaptan al día a día la exigencia de la Alta Costura.
La inocencia conquistó la pasarela de Véronique Branquinho con un espíritu bohemio y romántico donde predominaron los maxivestidos cargados de pequeñas flores sobre fondo negro o blanco, y chalecos con flecos que acompañan el largo del vestido hasta los pies para resaltar el "look" hippy.
Branquinho apostó también por el plisado en largos vestidos fluidos con la espalda al aire, en un arco iris de tonos pastel con beige, rosa y azul.
Las prendas más tradicionales perdieron su clasicismo en un complicado diseño de telas transparentes donde unos pantalones de traje, blancos por delante, muestran unas bermudas cortas por detrás, un proceso utilizado también en chaquetas y camisas.
Líneas clásicas en Hermès con especial atención a los accesorios: zapatos de tacón alto y fino que se atan en el tobillo o deportivas de alta gama en vibrante naranja o blancas con detalles en piel marrón.
Mientras, los bolsos de cuero marrón para cargar durante toda la jornada y cinturones lisos marcan los vestidos en torno a la cintura.
Los vestidos se llevan largos, por encima de los tobillos, en diseños con mucha caída en blanco, que fue el rey de la pasarela, aunque también hubo golpes de negro, azul añil, mostaza y, especialmente, naranja.
Elegantes diseños en modelos monocolor con algún discreto estampado de cuadros en pantalones anchos que bajan unos centímetros de la rodilla combinados con sencillos "tops" negros.
Entre los invitados, la cantante Janet Jackson ocupó la primera fila vistiendo completamente de negro y con enormes gafas de sol, aunque eso no impidió que se convirtiera en el centro de todas las miradas.
Roger Vivier presentó también su colección de zapatos y bolsos para la primavera-verano 2016, con diseños donde predominó el color plata y el negro, en las líneas más festivas de la firma, mientras que las flores y diseños hippies se llevan de día con zapatos de tacón ancho en piel y ante.
La pedrería y los detalles 3D ponen el toque de exclusividad en una colección que combina a partes iguales tendencia y funcionalidad.
María D. Valderrama - EFE
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