Los paladares más selectos o los más melindrosos ya no sufrirán pidiendo comida a domicilio en Nueva York. Algunos de los mejores restaurantes (y los más sanos) amplían su oferta puerta a puerta sin bajar la calidad con ayuda de la mejor tecnología.
¿Quién dijo que la comida para llevar es mala, llega fría y es para salir del paso? Conscientes de que, a veces, el mayor lujo del neoyorquino es poder quedarse en casa, reputados restaurantes de Nueva York ofrecen servicio a domicilio mucho más allá de la clásica pizza o la caja de comida china.
El famoso pollo peruano de Pio Pio, el amplio menú italoamericano de Café Fiorello, la sofisticada oferta de Mission Chinese o las exquisiteces de Baltazhar se pueden comer en pijama si uno quiere.
También maridarlas con un vino comprado en la tienda de la esquina que no suba la cuenta hasta la estratosfera. O, simplemente, consumirlas sin exponerse a un nuevo frente polar pronosticado para este invierno.
Como en Nueva York no hay tendencia que no encuentre su correspondiente aplicación para teléfonos inteligentes, esta semana se anunció la creación de Maple, un dispositivo para compatibilizar los cinco tenedores con el llamado "delivery".
Desde Maple decidieron sistematizar con la ayuda de la nueva tecnología la entrega de comida de alta gama y han recibido el espaldarazo definitivo al unirse a ellos David Chang, de Momofuku, una de las cadenas de comida asiática mejor referenciadas de la Gran Manzana.
Con el reclamo de Chang, su asesoría para diseñar menús más aptos para "tolerar el transporte" y su colaboración económica, esta aplicación ha reunido 4 millones de dólares como inversión inicial para lanzar su plan maestro.
Prometen repartir en menos de 15 minutos y diseñar un sistema que guarde mejor la temperatura que la caja de cartón o de gomaespuma que hasta ahora caracterizan (y afean) el servicio a domicilio.
De momento, no han querido desvelar más, pues como buena compañía neoyorquina del momento, confían en la ambigüedad para convertirse en algo viral.
La iniciativa, dicen sus creadores, "ofrecerá una experiencia culinaria en casa al mismo nivel que aquella que los neoyorquinos pensaban que era exclusiva de los restaurantes" y en ella también colabora Blue Apron, empresa dedicada a "desestructurar" las recetas en forma de ingredientes precocinados y envasados al vacío listos para mezclar y emplatar.
Maple basa así su novedad en enfocar el control de calidad al proceso de entrega en sí mismo además de en la comida y estará operativo en 2015, pero ya ha comenzado su campaña de promoción asegurando que está llamado "a cambiar el 'status quo' de la comida a domicilio de Nueva York", dicen.
Culmina así un proceso que ha tenido varios y curiosos ejemplos, como Portable Chef, que centra sus esfuerzos en la calidad de la comida, con productos orgánicos y control de grasas. No solo los productos, sino la manera de cocinarlos, buscan un estado saludable para el cliente.
O, quizá el más curioso, el Urban Detox Club, que ofrece comida a domicilio durante 12 días para "depurar" el organismo o durante 30 para alcanzar resultados visibles también en la apariencia física.
Además de comida, redondea el negocio dando listas de la compra, recetas y de asesoramiento para, literalmente, mantener el tipo en una ciudad que favorece el desorden alimenticio. No solo porque la imagen es sumamente importante, sino porque el frenesí laboral y ocioso acaba eclipsando a la necesidad fisiológica.
Mateo Sancho Cardiel - EFE
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