Noruega, de la mano del chef Orjan Johannessen, se alzó por quinta vez con el Bocuse d'Or, uno de los premios más prestigiosos del mundo de la cocina, ampliando así la hegemonía de los países nórdicos.
El equipo argentino, con Emiliano Schobert a la cabeza, no pudo ocultar su decepción al finalizar decimoquinto y llevarse el premio de consolación a la mejor promoción del Bocuse d'Or.
Schobert consideró que su error fue no contar en su preparación con más personas que conocían lo que denominó el "estilo Bocuse".
"Los ganadores no son mejores cocineros que el resto, pero saben lo que tienen que hacer, la manera de presentar sus platos, la bandeja, la guarnición...", explicó sin querer entrar en el debate sobre la diferencia abismal de los presupuestos de los favoritos.
Noruega volvió a demostrar que el Bocuse d'Or sigue siendo el concurso preferido de los equipos del norte de Europa al ganarlo por quinta vez, esta vez de la mano del chef Orjan Johannessen.
Suecia, con Tommy Myllymaki al frente, finalizó tercera y Finlandia se hizo con el galardón al mejor plato de carne.
El miembro del jurado danés, John Kofod Pedersen, admirador de la cocina española y en especial de Juan Mari Arzak, sostiene que las naciones nórdicas invierten mucho en este concurso para dar a conocer su gastronomía, frente a países con reputación ya consolidada como Francia, Italia o España.
La gran sorpresa la dio Estados Unidos, con un equipo encabezado por Philip Tessier, al conseguir el segundo puesto y convertirse en el primer país de fuera de Europa en hacerse con el Bocuse de plata.
Una gesta que pudo haber sido mayor, puesto que la diferencia en con el vencedor fue muy estrecha, de 9 puntos.
La mayor decepción se la llevó el defensor del título y favorito tradicional, el equipo francés, que en esta ocasión, con el chef Nicolas Davouze a la cabeza, finalizó séptimo.
Los doce equipos que entraron en escena en la segunda y última jornada del certamen también tuvieron que cocinar en 5 horas y 35 minutos un plato de trucha fario y otro de gallina de Guinea, más conocida en Francia como pintada de las Landas.
Lo que cambió fue el ingrediente sorpresa, que para el segundo turno de la final fue el hinojo.
Otra mala noticia para los anfitriones fue la ausencia en la entrega de premios del fundador del concurso y patriarca de la cocina francesa Paul Bocuse.
A punto de cumplir 89 años, "Monsieur Paul", como se lo conoce cariñosamente en Lyon, ha reducido en los últimos meses drásticamente sus apariciones públicas, debido a su frágil salud.
Esta ausencia es muy relevante al ser la primera vez que no participa en la gala final de un concurso creado en 1987 y convertido hoy en un referente en el mundo de los certámenes culinarios.
Javier Villagarcía - EFE.
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